miércoles, 1 de septiembre de 2010

TEXTO SOBRE: COLGADO DE LOS TOBILLOS DE O. VAN BREDAM

A partir del epígrafe podemos pensar que hay en el Martín Fierro una filiación de
Antonio Gil, una genealogía de gaucho renegado y perseguido. Es heredero del
gaucho Martín Fierro y de Cruz en este aspecto.
Antonio Gil continúa este linaje sumando a él la toma de conciencia arespecto de la
problemática social.
En esta toma de conciencia hay un punto de inflexión en la vida de Antonio Gil: la
opción por los otros, los demás, los prójimos, los humildes, los necesitados, los su-
frientes, los dolientes, las víctimas del poder.
En este punto, su opción lo coloca del lado de los otros. Ya no transa, ya no se corrom
pe, ya no se vende, ya no acompaña ni calla.
Esta opción es su sentencia de muerte y lo sabe. Sólo podrá retrasar el desenlace y, en
ese lapso de gracia que media entre su toma de conciencia y su condena final, hará
todo el bien que pueda a su gente y a los idiotas útiles del poder, también.
Desde su acotado poder individual hará que se multiplique exponencialmente la fe, la
esperanza, el amor, en aquellos que lo conocen hasta trascenderlos y constituirse en
mito sin proponérselo.
A medida que crece la leyenda y se expande el culto a su figura, en forma inversamen-
te proporcional, se va acortando su tiempo en La Tierra para entrar en otro ámbito,
fuera de las coordenadas témporo-espaciales.
Sus devotos plantan altares rojos en memoria de su sangre derramada. Esos altares son
recordatorios de la injusticia, de las injusticias.
Este texto, de impecable factura, nos acerca al hombre y al mito desde el respeto y la
verdad sobre un verosímil ficcional que no hace más que plasmar los hechos en una
propuesta de alto valor literario, ahondando en el corazón del pueblo.

Norma María Francomano

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