XX
Pandora y Pies de Lana
experimentaron el vértigo que se siente cuando se estrena la libertad. Felices
y temerosos a la vez fueron a los amarraderos. Despidieron la flota de veleros
tomados de la mano. Los vieron levar anclas. Las velas y foques henchidos de
sueños enfilaban hacia el canal. Corrieron por la playa hasta que doblaron el
recodo y se perdieron detrás de la fronda del bosque. Se miraron y sin soltarse
las manos caminaron hacia la casa heredada del viejo profesor fallecido. Pies
de Lana repetía como una letanía: “todos los caminos conducen a Roma” y Pandora
lo miraba y se reía. Al llegar a su nueva casa anotó la frase en un trozo de
papel y la guardó en su caja.
Pandora trajo sus
pertenencias y las acomodó con arte. Su gusto femenino le dio calidez a los
ambientes en los que destacaban estantes repletos de libros de su propiedad,
algunos de Pies de Lana, regalos de su madre Estela y del viejo profesor cuyo
recuerdo iluminaba la casa.
2 comentarios:
So far, Pies de Lana es tu mejor obra Ma!
Mica
Me gusta mucho la literatura y por eso trato de leer diferentes textos que encuentro en internet. En este momento ya he conseguido mis Pasajes a Rio de Janeiro, y por eso me gustaría poder conocer autores de esa región cuando llegue allí
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