DESTIERRO
Me pregunto y te pregunto cuándo
fue que optaste por la huida. En qué momento fue que
dejaste de habitar estos confines reduciéndote. Tu escape
dejó un agujero negro en nuestra historia. No sé si podré
disculpar tu cobardía, tu inconsistencia, tu precaria resistencia frente a
la adversidad. Lamento que hayas sentado este oscuro
precedente, este baldón en tu progenie.
Resuenan en mis oídos tus
conjuros, tus visiones, tus encantamientos. ¡Qué larga ausencia! Nos
diste la espalda y preferiste mascullar, balbucear en otro
tiempo, en otro espacio. Camino las cornisas a expensas de tu
recuerdo. Inmolo proyectos y amordazo el futuro cada vez que
tu nombre me surca los párpados y navega mis lágrimas. Reniego de
mi estirpe, me atemoriza la constante amenaza de tu terrible
decisión de partir, de dejarnos a la mala de Dios, sin la bendición
de tu palabra. Maldigo tu ausencia y tu vocación solitaria;
mártir onanista que visita mi soledad invitándome a beber de una misma
copa los extraños presagios que ignoraban fronteras: “Québec,
Québec, uno, dos, tres”. No lo podías creer. Tus imaginerías
resultaban más patentes que mi figura adolescente reclamando. Y
la muerte casi te priva del destierro voluntario. No, no puedo
perdonarte. Tu claudicación me salpica y temo se repita la
historia cuando el gatillo dispare algún dolor insoportable. Vengo
zigzagueando al destino, esquivándolo, esquivándote, esquizándome,
es quizá, esquizo, erizo, aglutinándome: “Palermo, tres, dos,
uno… llamando… pip… pip”.
2 comentarios:
Bellísimo! Mica
Muy muy bueno, me lo llevo impreso para poder leerlo en la playa que pude conseguir unos Pasajes a rio de janeiro baratos!
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